UNA NOCHE EN LA ETERNIDAD
(Teatro de atril)
PERSONAJES:
Narrador
Artemio Resuave
Emérito Sinfin
Juan Disturbio
Loly
Jantipa
Eudaimon Praxistiles
Pasolina Mussolina
El profe
Amigos del profe, 2
Amigas del profe, 2
Mesera
ACTO I:
NARRADOR: En la puerta de la preparatoria. Huele a neumático y el calor pone en vinagre axilas y otros rincones humanos y urbanos; los alumnos han salido de clase. Artemio Resuave y su amigo Emérito Sinfin, fuman un cigarro recargados en un automóvil.
EMERITO SINFIN: Esperate wey, sí vienen, ya no tardan en salir. Hay que ir a la casa de la Chocolatina, el otro día fui y no ma… tenía una pantera de a neta….
ARTEMIO RESUAVE: Sí wey… quién te va ha creer, si la Chocolatina le tiene miedo hasta a las moscas, sería un pinche gato y lo viste gigante.
EMERITO SINFIN: En serio, mira ahí viene Juan Disturbio, ahorita le preguntas, lo tenía en la azotea, yo lo vi de lejos, me enseñaba los colmillos, raspaba las paredes, Juan lo vio. ¿Sí o no que la Chocolatina tiene una pantera en su casa?
NARRADOR: En ese momento Juan Disturbio llegó a donde estaban los otros dos y, con sus libretas bajo el brazo, se unió a la plática:
JUAN DISTURBIO: ¿Una pantera?, noooo, jajaja, ya no te desveles Emérito, creo que confundes al hermano de Marizamba con una pantera. Esa fue una fiesta de disfrazases, no te hagas, tú fuiste de torta de milanesa y el hermano de ella de gato pekinés.
EMÉRITO SINFIN: Pues lo que yo vi era pantera y no gato pekinés, ni disfraz de gato, como chingados que no, pues rugía, estaba como los gatos cuando se enojan, acuérdate Juan, ni modo que el hermano de la Chocolatina llevara un disfraz tan perrón que traía bocina.
ARTEMIO RESUAVE: Pues yo no te creo nada. Mejor ya me voy, para qué las espero si ya sé de lo que van a hablar.
EMÉRITO SINFIN: Ya vienen mira, nada más que esos monos se vallan, ya, ya se fueron, ahora sí vienen nada más las chavas.
NARRADOR: Llegan tres muchachas riéndose y haciendo ruido, saludan sorprendidas a quienes las esperaban:
PASOLINA MUSSOLINA: ¿Y ustedes que hacen aquí, no que ya no iban a venir a la prepa?
ARTEMIO RESUAVE: No venimos a la prepa, venimos con ustedes.
EMERITO SINFIN: Sí, las vamos a invitar a ver la pantera que tiene Marizamba en su casa.
ARTEMIO RESUAVE: no, no se crean de este menso, vamos a donde ustedes quieran, o ¿qué,las regañan sus papás?
JANTIPA: No, yo los regaño a ellos, jajajaja… a ver y si les digo que queremos ir a… Jupiter, Saturno y Venus, y conocer a Dios en la novena elipsis del sistema solar.
LOLI: Ay, esta ya va a empezar con sus cosas, mejor vámonos antes de que se ponga peor.
El grupo de jóvenes se aleja del lugar.
ACTO I
NARRADOR: En la sala de una casa, Marizumba está sentada en un sillón y escucha que llaman en la puerta. Hace un gesto de molestia con la boca pero se levanta y abre, son los muchachos de antes:
JANTIPA: !Chocolatina!, ¿te llegaron los mensajes?, venimos a ver a tu pantera. Porque los animales son la forma más compleja de la existencia y al mismo tiempo la más pura y honesta.
(Todos hacen muecas de desaprobación a los comentarios de Jantipa)
MARIZUMBA: ¿Mi queeeeeé?, no me digas que trajeron animales, esta es mi casa y no me gustan los animales, detesto las cacas que dejan en todos lados y como gritan y…
ARTEMIO RESUAVE: A ver Marizumba Chocolatina, venimos a dos cosas, a que este cabrón (y señala a Emérito) compruebe que no tienes una pantera y me pague la apuesta que hicimos: una semana de gorditas y las tareas bien hechas y a tiempo.
EMÉTERIO SINFIN: Todavía no pierdo, ¿crees que estoy nervioso?, estoy bien seguro, eso era una pantera, no estaba borracho, ni empachado de carne asada, aquello era pantera.
PASOLINA MUSSOLINA: Pues vamos a la azotea, a donde dice Emérito que vio a la pantera, yo creo era el hule que hace la sobra, jajaja.
MARIZUMBA: Vamos de una vez para que se convensan, jamás tendría una pantera, primero no podría mantenerla, luego para mantenerla, si la tuviese, tarde o temprano seria yo su comida, y les digo de nuevo: ¡no me gustan los animales!
JANTIPA: ¡Oh sí!, porque el cuerpo no es la prisión del alma, sino que el alma, el mundo y dios están siempre comunicándose, las tres son instancias de la vida a las que conocemos por la razón, esto según Descartes…
ARTEMIO RESUAVE: Ooo que lata contigo eh, ya deja la escuela, ahorita no salgas con eso.
ACTO III
NARRADOR: Salen de la escena y entra el duende Eudaimon Praxistiles, busca algo, revisa bajo las cosas, se lleva las manos al cabello en seña de desesperación y dice:
EUDAIMON PRAXISTILES: ¿En donde habré dejado ese condenado amuleto?, en que mala hora me ataca el hado cruel de esta manera, ¡oh, indigno de mí¡, cuánta desesperación siente mi pecho de saber perdido el amuleto que me otorgó mi dama amada aquesta nuestra última noche, antes de salir de la aldea y venir a este mundo, ¿pero que mundo es este?, otro paramo del infinito, y luego ¿esta infinitud quién la gobierna? Recuerdo muy bien lo que le escuchaba decir a mi amigo Nicolás de Cusa, que no es el mundo sino el infinito manifestándose incesante en formas finitas, como yo, como los humanos y aún las plantas y los animales que somos de alguna manera Dios en Dios mismo, Dios natural, un Dios que no esté arriba, ni en otra parte sino en las cosas, en ellas y ellas en él… Pero mi amuleto, ¿dónde podrá estar?
NARRADOR: Mientras sigue buscando escucha que se acercan personas, se pone nervioso, se mueve con rapidez, se esconde debajo de una mesa que ahí estaba, en el mismo cuarto que él, el cuarto de los tiliches.
MARIZUMBA: A ver pásenle, ¿cuál pantera, eh a ver, digan cuál, en dónde está para hacerla con champiñones?
EMERITO SINFIN: Pues ya la sacaste de aquí. Pero ya neta, neta, dinos la verdad, en dónde está la pantera que tenías aquí, la vendiste a algún circo o te la quitó el zoológico de La Encantada.
TODOS (Menos Loli que se pone a husmear por toda la habitación): ¡que no existe esa panteraaaaaa!
LOLI: Miren, miren (lo dice emocionadísima), la pantera de Emérito se hizo chiquititititititita, aquí está, cuidado quiere escaparse, cierren la puerta.
PASOLINA MUSSOLINA: !Otra loca, ahora sí estamos jodidos!… se me hace que algo raro te pasó con tanto libro que lees.
El grupo se acerca a donde Loli les indica, al dirigir la mirada hacia un punto en el suelo, dicen maravillados:
TODOS: ¡Una panteritititita!
EMETÉRIO SINFÍN: Pero atrápenla, aguas con las garras, aunque sean pequeñas podrán herirlos, pero ¿por qué está aquí, de dónde la sacaste Chocolatina?
JANTIPA: Ey, compañeros, ya la tengo, acérquense para que la vean bien, pero eh… qué sucede (de pronto la panterilla se transforma en piedra de obsidiana para la enorme sorpresa de todos). Pero qué es esto, yo pienso que estamos siendo engañados por lo que Descartes dijo era “el genio maligno” una conciencia ubicada en la glándula pineal que nos hace percibir una realidad farsante.
JUAN DISTURBIO: Pero ¿si no es real por qué lo vemos y hasta lo sentimos?, lo que pasa es que ustedes nos quieren confundir como el profe de filosofía.
LOLY: Si esa pantera ahora convertida en piedra la podemos ver, tocar, incluso escuchar, quiere decir que es real o ¿será qué estamos siendo engañados por nuestros sentidos y nada de esto es real, sino apariencias?, o también puede ser que enfrentemos algo que sucede todo el tiempo, pero en este objeto de una manera hiper- veloz, porque así como todas las cosas están permanentemente siendo, así este objeto pasa de un estado a otro en segundos.
JUAN DISTURBIO: Pues vamos con el profesor, yo sé en dónde suele juntarse con otros maestros, algo más podrán decirnos, además me gusta la mesera de ese café, ¿vamos?
JANTIPA: Muchachos vean, algo se mueve entre esas cajas, parece… es… ¡es una persona… es un duende!
Y aparece Eudaimon Praxistiles:
EUDAIMON PRAXISTILES: Oh!, jóvenes impíos que quieren no sé que cosas hacer de este humilde aprendiz de filosofo, Oh muchachillos revoltosos que no respetáis la calma de un amante desdichado, he de decirles que soy bien cierto como cierto es que ahora son las doce y que vuesas mercedes no han de llevarme a ningún lado, como cierto es también que han encontrado mi querido amuleto, el único recuerdo de mi amada, traed para acá bellaca, dadme este artilugio que no es ilusión como pensáis, sino cosa muy deberás.
ARTEMIO RESUAVE: Y ¿usted quién es, por qué está en este cuarto, de dónde vino?, ¿es usted humano?, se me hace que nos quiere engañar mendigo viejillo, ¿es usted el genio maligno?
EUDAIMON PRAXISTILES: Nada de eso que alegas soy, ni genio ni maligno, te diré para que te sosiegues, que soy duende de los bosques y que tuve a mal el decidir venirme de mi hermosa villa a este sitio tan horrible y solitario, yo que vivía más allá del Cerro de las antenas. Pero todas estas palabras ya me dieron sed y les escuché decir que irían a un café, pues vamos allá y una vez que me quede a gusto con lo de beber, les seguiré contando de mí y de eso que habéis encontrado y que es muy mío y cosa real. Luego pues, dame el amuleto para transformarme en piedra y puedas cargarme en tu bolso.
Todos salen de la escena.
ACTO IV
NARRADOR: En un café muy pequeño sólo está ocupada una mesa en donde cinco personas tienen una conversación acalorada. Los muchachos entran al café y se acercan al que reconocen como su profesor de filosofía:
El PROFE: Muchachos, pupilos míos, vaquillas del huerto que me es confiado, jajaja, ¿qué onda chavos?, vénganse a tomar una cheve que don Aparejo las tiene bien frías… y las cervezas también, jajaja. Se nota que el catedrático ya esta bien entrado en alcoholes, se tambalea en la silla, los muchachos juntan la mesa de al lado y se sientan. Jantipa, que sigue cada curso de filosofía con empeño, es la que más confianza tiene con el profe y le dice:
JANTIPA: Profe, le queremos presentar a un amigo, (y saca de su bolsa la piedra de obsidiana en la que se había transfigurado el duende)
AMIGO DEL PROFE 1: Uuuuuy, ya se va ha poner a dar clase este wey, mejor hay que pedir otras canciones.
NARRADOR: La piedra gira a una velocidad imperceptible para el ojo humano y entra a escena Eudaimon Praxistiles, (digamos que se cubre con una sabana debajo de la mesa y aquí se descubre).
EUDAIMON PRAXISTILES: Quiso la fortuna que nos topasemos colega, pues si no mal recuerdo era usted aquel que corrieron de la cantina la otra noche cua…. (antes de terminar la palabra Juan Disturbio impide que termine la frase. El profesor se hace el desentendido y dice:
EL PROFE: Pues ya nos conociamos yo y este duende arrabalero, en dónde lo encontraron… a ver ¿sabrá bailar calabazeado?
AMIGOS DEL PROFE, LOS CUATRO: Sí, que baile, el otro día se aventó un clavado en una cuba libre, sí, sí, que haga su pasito, (alboroto).
EUDAIMON PRAXISTILES: Camaradas y colegas, como sabrán a ningun bebedor le es grato que le mienten cada tanto sus hazañas noctivagas y haciendo un llamado a la serenidad les suplico dejen de chingar.
Soy un duende, uno muy antiguo, uno al que llamaron EUDAIMON PRAXISTILES, y afirmo que soy real, el que lo niegue, que brinde primero y luego: que argumente.
JANTIPA: Ay profe esto parece un banquete griego, pero invitenos cerveza para que paresca mucho más, ya nada más le faltará una sábana enredada y listo, igualito a Apolodoro, jajaja.
NARRADOR: El profe llama a la mesera y ella se acerca con la peculiar libretita y bolígrafo; ya sabíamos que era el amor de Juan Disturbio y en esos momentos estaba embobado, contemplando como desentendido a su máximo anhelo. La mesera siente la mirada fija y rápido toma la orden y se aleja. Vemos que Juan Disturbio se avienta al ruedo, sin decir nada se separa del grupo y va a donde está la mesera.
En la mesa el primero en hablar es una amiga del profesor:
AMIGA DEL PROFESOR 1: Mi prima Martiniana podía hablar con los espíritus, eso decía, porque su esposo la descubrió con un fantasma bien vivo; algunas veces también yo le creí pero nunca vi nada como para creer en eso. Entonces yo digo que este pequeño señor que aquí tenemos frente a nosotros es real porque todos estamos seguros de verlo, ¿o no es así?... yo nada más me creo lo que veo, toco o huelo.
LOLI: Sí, yo también pienso eso, aunque quizá no sólo lo que vemos existe, a lo mejor las cosas ya están ahí y nosotros al verlas las descubrimos, como si… como si en ese momento les diéramos la existencia.
EL PROFE: Esto me recuerda aquella clase que tuve en la universidad, hace ya quince años. El maestro nos hablaba de Platón, ya saben que ese señor pensaba que había dos mundos, y que este donde bebemos y vivimos es puro reflejo de aquel otro que es el de a deberás. Eso, nos decía el sabio, no es otra cosa que la trascendencia, es decir, que para entender, para comprender qué ES la cosa tengo que salir de ella, trascenderla. Lo recordarán: para conocer lo que es el blanco debe haber una blancura. Nuestro amigo Praxistiles ¿sería para Platón real?, quizá no más real que un reflejo muy distorsionado de una idea, luego para que Praxistiles pudiese ser reflejo de idea, la tal idea deberá tener su contraparte, debe haber algo que no es Praxistiles, ese algo es lo que hace a nuestro amigo real.
EMÉRITO SINFIN: ¿Pero esa idea que origina a Praxistiles quién o qué la origina?, será como nos dijo de Baruch Spinoza, una comunicación infinita entre la substancia y el hombre, a su vez comunicado con la substancia y el mundo. Los tres son una misma cosa, y este movimiento entre ellos produce una infinitud finita.
ARTEMIO RESUAVE: Pásenme un limón… Pero entonces cómo podemos saber si Praxistiles es verdadero o si estamos siendo engañados.
AMIGO DEL PROFE 2: Pues si habremos de seguir cartesianos creo que lo mejor es valernos del método, para empezar ya vamos bien, ya hemos dudado y al menos asi según Descartes habremos comprobado nuestra existencia.
AMIGA DEL PROFE 2: Pero lo que está en debate no es nuestra existencia, sino si es verdad o no que Praxistiles existe. Y yo digo que sí, tan existe que la otra noche, y que conste que lo cuento sólo por el bien de la discusión, Praxi y yo nos fuimos al Parque de la Plata, y entre la charla se nos pusieron delante los labios de uno y el otro y los juntamos, nos besamos casi una hora, luego pasó una semana en que no nos vimos, estuve con el pensamiento en él, así noche y día. Existe al menos como idea, como algo independiente de mí que sin embargo conozco, pero sé que es un ser aparte de mi realidad. El mismo Descartes escribió sobre las ideas ficticias, que son combinación de las ideas adventicias y las ideas innatas, es decir una mezcla entre lo que ya está en la mente y lo que está afuera de ella.
EL PROFE: Claro, si recordamos a Santo Tomas y a Aristóteles se darán cuenta de que Praxistiles es una potencia, igual que nosotros, es la expresión de un esencia, una esencia en potencia en tanto que Praxistiles existe. Pero siento que estamos poniendo en tanta duda la existencia de este buen duende… oye cabrón y ¿si eres duende o nada más super-enano?
EUDAIMON PRAXISTILES: Claro que lo soy, malaventura la mía, que me persigue y me acosa y en ningún pajar reposar me deja. ¿Pero qué empeños en saber si soy o no real?, si real o no estamos todos charlando y bebiendo. Recordad contertulios lo que profesaba el poeta Omar Kheiyam, que la vida es breve, muy finita y absurda y que más vale ser bien felices los pocos segundos que sean posibles y no aterirse en divagaciones que han de hacer larga y agobiante la existencia.
NARRADOR: Las horas en la cantina son muy parecidas a las horas en el mar o en los desiertos, parecen no transcurrir sino por el capricho del hombre, que si no nada de ellas pasaría y el tiempo fuese algo sin medida, sin secciones, una apabullante eternidad. Se había hecho muy tarde, casi las tres de la madrugada, de los clientes sólo quedaba el profesor, Jantipa y Eudaimon Praxistiles que estaba sobre la mesa abrazado a una botella de Anís del mico, completamente borracho, respirando como un jabalí perseguido en las montañas. El profesor se levanta de la silla, trastabillando y con un acento afectado por la bebida, dice:
EL PROFE: Amigo Praxistiles levántese de ahí, vámonos de una vez, ya van a dar las seis y tengo que dormir al menos unos segundos en mi camita, nada hay en la vida como la camita de uno… pe… pero, Eudaimon, qué le pasa porque no me contesta, ándele hágase piedra o corcho o nada más levántese, ándele, ey, Eudaimon, (sacude al duende con fuerza).
NARRADOR: Pero el ser fantástico aquel estaba muerto, el exceso al que se entrego en la noche lo había derrotado por completo, un cuerpecillo tan pequeño ante una ración tan grande de bebida quedó cocido en los vapores del anís, la cerveza, el mezcal y hasta los cacahuates de la botana le habían provocado una congestión violenta en su organismo. El profe, llevándose la mano derecha al rostro en muestra de preocupación y asombro dijo lo que sigue:
EL PROFE: Amigo Eudaimon Praxistiles, filosofo neoplatónico, hijo de los bosques y las grutas salinas, aprendiz de monstruo, mago quimérico, yaces aquí y ha nadie le interesa ya, saber si es tu muerte real o si fue real tu vida o si nada de esto ha pasado realmente, después de todo ya sabes que la muerte es una transición, que pronto pasaras a formar parte del aire, de las monadas del aire como las de Leibniz y te respiraremos en el trayecto diario y habremos de recordar tu breve estancia entre nosotros, aquí esta pues el argumento más firme de la noche, ha ganado una vez más la vida por obra de la muerte, me despido sabiendo que el infinito se ha manifestado sobre esta mesa y por ello lejos de decir adiós digo hasta luego. (Sale de la escena tambaleándose).
NARRADOR: Entonces el cuerpo de Praxistiles desaparece y se transforma en una botella aún cerrada de Anís del mico. Entran a escena Juan Disturbio y la mesera, los vemos despedirse con un beso y sin despegar la mirada, hasta pronto se dicen y Juan Disturbio camina hacia la salida, se da cuenta de que una botella de Anis esta aún completa sobre la mesa en donde había dejado a sus amigos. Toma la botella, la destapa y le da un trago largo.
JUAN DISTURBIO: Aaaa, que rico anís, oye ¿me puedo llevar la botella?
MESERA: Llévatela, se le olvido a tu profe.
NARRADOR: Y así amigos pasó aquella jornada de la que no pocas cosas podemos aprender, primero sobre la caprichosa realidad que nunca es una y de tajo, luego sobre cómo indagar en ella y por último hemos visto a la vida actuar de forma maravillosa, siendo en la infinitud, hermana de lo finito, como si una nada de lo que existe pudiese afirmar su tal existencia, como si la tal existencia no fuese sólo un estado pasajero.